La libertad de expresión, en entredicho

¿Quién manipula a quién?

El enemigo es la mano de Dios que te está guiando

-Arthur Koestler

Uno de los derechos constitucionales fundamentales de la democracia moderna es el respeto de la libertad de expresión, es decir, que ningún ser humano tiene derecho a ser discriminado, juzgado o perseguido por aquellas cosas que manifieste.

Sin embargo, así como existe el derecho, que es una definición de los límites o el marco dentro del cual las acciones se pueden producir, existe también el sentido de moral definido socialmente (algunos también pueden llamarlo pudor) que define una serie de criterios, puntos de vista, modas, interpretaciones históricas o leyendas urbanas como lo "políticamente correcto" entonces surge a su vez la atribución social de censurar o ridiculizar a aquellos que están fuera de la norma socialmente aceptada como "correcta" o "adecuada".

Varias son las desviaciones que pueden presentarse en la aplicación de lo mencionado en el párrafo anterior y que constituyen motivos de sobra para tener en cuenta que la tan mentada libertad puede no serlo tanto.

Primero, siempre existirá el abuso de esta potestad por parte de personas que proponen agendas (políticas, sociales, económicas) basadas en la intolerancia y el odio y que apelan a crear esas emociones en los demás con el fin de manipularlos para su beneficio, cosa que logran en algún grado a veces. Y si bien, la ley establece mecanismos en algunos casos para sancionar estos abusos, la línea que separa al abuso del uso soberano de la libertad de expresión es más bien difusa y difícil de determinar.

Por otro lado, están las voces disidentes de los consensos y que no comulgan con los poderes de turno, para los cuales hay un tratamiento mediático especial, en el sentido que son atacados sin provocación, censurados sin explicación y denostados sin motivo ¿por qué? porque de algún modo las personas "que son" digitan la agenda mediática y por tanto deciden sobre lo que personas como el lector o el escritor de este blog deberían considerar como válido, correcto o aceptable.

¿Cómo es esta manipulación posible? La respuesta es muy simple, negocios. (o BUSINESS)

El papel que en la democracia debería tener la prensa pasa por la búsqueda de los hechos relevantes para el público que le permitan formar una opinión propia, pero, como podemos constatar en la prensa peruana, eso no ocurre salvo en escasas excepciones, incluso es bastante común en los programas de reportajes de los domingos notar como a algunas "investigaciones" les falta el rigor que nos permita decir que son tales, hechas por improvisación y por levantar polvareda, ya que antes de entregar hechos entregan juicios.

Entonces, ocurre lo siguiente, citado de esta nota de Daniel Sinker en Huffington Post: (traducción a cargo de este servidor) en el cual habla de la pelea mediática entre el comediante Jon Stewart y el conductor de programa Jim Cramer (aquí el vídeo):

"La real ira de Stewart viene del rol que los medios modernos han creado por sí mismos: El rol de porrista en vez de vigilante, de favorecer la superficie sobre la profundidad, de respetar la autoridad en lugar de cuestionarla"

¿Cómo hemos llegado a esto? La respuesta no es tan difícil.

En la medida que los servicios de noticias se volvieron parte de conglomerados mediáticos gobernados por corporaciones multinacionales se comienza a hacer patente que lo que vemos en los medios no es "la verdad" sino "el discurso conveniente fabricado por los poderes que son" y esta propiedad establece a su vez una nueva censura, los medios sencillamente se abstienen de la crítica y del análisis si no va a ser positivo para el gobierno de turno, o peor aun, para los auspiciadores o para los empresarios que podrían ser auspiciadores, entonces, bajo el costo de tener acceso, se sacrifica cualquier intento de ofrecer a las personas hechos relevantes y se les manipula descaradamente, o como dice Cenk Uygur en esta nota:

NUNCA digas nada negativo acerca de una empresa que cubramos o de otro modo tu empleo está en problemas. El mensaje es claro -sigue la corriente para llevarte bien. Esto no es periodismo, son Relaciones Públicas con otro nombre.

El resultado, citado de una columna de Guillermo Giacosa, es:

...Desgraciadamente, saben que tienen el derecho, pero no son conscientes de que se les informa sesgadamente y, por tanto, se les convierte en actores de su propia manipulación.

Entonces ¿qué podemos esperar? poco, salvo el ejercer esta libertad también y llevarla a nuevas singladuras, la blogósfera puede ser el caldo de cultivo para nuevas maneras sociales de informar, que dejen de lado a los traficantes de la información y a sus amigos los especuladores.
periodismo, verdad, manipulacion, libertad
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