Inspirationem Habemus

Si la Inspiración me va a encontrar, mejor que me encuentre trabajando

-Pablo Picasso.

Ultimamente, o al menos desde que este blog nació, me ha mantenido una interrogante casi diaria y hasta cierto punto, punzante y casi obvia:

¿Y ahora qué poner?

y mientras nos debatimos entre las diversas opciones para pasar el tiempo y que se suceden sin pausa generando derroteros, emociones, preocupaciones o simplemente sueños que no se cumplen o que pasan desapercibidos, sepultados bajo el polvo metáforico, y por allí sin proponerselo, un tema salta como la liebre y echa a correr.

Una de mis mayores preocupaciones esencialmente cuando tenía mi anterior blog era la misma que se expresa en la frase remarcada líneas arriba y era que, en general, entre la tensión de lo cotidiano y los supuestos "planes" que uno mentalmente elucubraba para el blog y que en general se trataba de comentar acerca de los sucesos ocurridos, pero cuando el tiempo y el ánimo se conjuntaban para tal fin, ya los vientos apuntaban hacia otras singladuras.

¿Qué ha cambiado? Lo que ha cambiado en realidad es que he abandonado la pretensión de creer que puedo seguir al mundo, o mejor dicho, el mundo va, y la vida va, si quiere, por un camino paralelo, el de la experiencia. Conversando con un amigo, me comentaba frente a la frase "y allí la vida va" dicha por mi sin querer y después de unos cuantos comentarios interesantes, la siguiente frase de -creo, borraré esta nota cuando lo compruebe- Martín Adán en La Casa de Cartón que cito a continuación

"Ah catita, la vida no es un río que fluye, es una charca que se corrompe"

Una pregunta subyacente a esta afirmación es ¿qué es lo que se corrompe? y la respuesta lanzada de inmediato: aquello que deja de moverse, entonces, lo que nos mata no es ser sino detenernos en una forma de ser, de pensar, de opinar, de creer, de hablar y sumirnos en la complaciente tentación de que estamos frente al "absoluto" y ante esto, cito a un personaje del Maestro Stanislaw Lem cuando decía: "¡Paparruchas!"

Cierto es ahora que, cuando pretendo empezar una entrada o nota, no tengo una idea clara de sobre qué comenzar, pero, de pronto, las ideas salen y no sólo una, varias y de esas hay que escoger cual se puede hacer en el más corto tiempo. El tiempo, gran escultor, termina siendo el filtro, el crisol en el cual cada entrada "cocinada" encuentra su punto.

Algunas son fáciles, otras son inextrcablemente complicadas, a pesar de su simpleza, algunas no pasan de ser panfletos pletóricos de buenas intenciones o de esperanzas, la realidad es que la ventana que aquí, por casualidad quizás, lees, no pasa más que de ser otro eco que se pierde en la cacofonía de gente que emite, esperando ser escuchada.

y mientras haya alguien que pueda escuchar, la voluntad permanece y la inspiración prosigue.
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