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viernes, 11 de diciembre de 2009

Copenhague: Qué se discute y qué podemos hacer


Imagen: sea level rise por thekeithhall

Bien, y después de discutir algunas de las cosas relacionadas a la Política de la Cumbre de Copenhague, veamos… ¿qué es lo que podemos esperar de la cumbre?

Hablando idealmente, al menos un acuerdo vinculante entre las partes que se puede resumir en tres aspectos:
  • Reducción de las emisiones de gases invernadero, más específicamente CO2 en un cronograma que debería estar basado en un estándar uniforme (se propone los niveles de 1990, pero los EE.UU. proponen una reducción sobre la base de las emisiones del año 2003, lo cual al parecer, será insuficiente) para todos los países, en particular los mayores emisores de gases invernadero: los EE.UU. China e India, así como la UE.
  • La formación de una "bolsa de ayuda" para los países emergentes afectados por las consecuencias del cambio climático, la ONU sugiere que esta bolsa debe ser de 100 Billones (o millardos, en el sistema que usamos nosotros) de dólares anuales, aunque, en tiempos de crisis financiera como estos, tomará mucha presión lograr que eso pase.
  • El diseño de una forma económicamente viable de reducción de emisiones, entre las que se propone el sistema del llamado "cap & trade"

Una de las críticas que los sectores más conservadores han hecho –al menos en los EE.UU.- a la idea de suscribir un tratado vinculante que limite las emisiones está en la violación de la soberanía que ello implicaría, sin embargo, se hace claro y hasta necesario aceptar que este tema no debe estar restringido por la "soberanía" de un país, ya que las emisiones de un país afectan a todos los demás, por lo cual, una solución o un tratado global son totalmente necesarios.

Existen, como se sabe ya, una variedad de propuestas, por ejemplo, la del gobierno norteamericano que propone una reducción del 20 por ciento en las emisiones de los niveles del 2005 para el año 2020, esto contrasta con los análisis científicos que postulan (quizás de manera benévola incluso) que se hace necesaria una reducción de al menos el 45 por ciento de las emisiones respecto al nivel de 1990 para el 2020 para tener una oportunidad real de hacer retroceder los niveles de CO2 a los necesarios 350 partes por millón. Actualmente se estima que el nivel es de 387, así como el aporte "natural" se estima en 280 como máximo, lo cual nos hace responsables del resto. Por otro lado, un incremento de los niveles actuales a unas 440 partes por millón, según James Lovelock, sancionarían la catástrofe definitiva de la especie humana sobre el Planeta Tierra, como se hizo mención en una entrada anterior.

Abordar el problema requiere al menos acciones en tres frentes: una fuerte inversión en la mejora de la eficiencia de la generación de Energía (que, lamentablemente, tiene su mejor índice en la generación nuclear, pese a que nada se habla al respecto y la generación por fuentes alternativas aun no está en el nivel de madurez suficiente) y su uso industrial y doméstico, así como una mayor racionalidad en el manejo de los recursos naturales (eliminación de desperdicios, reciclaje, materiales más amigables con el medio ambiente) y el desarrollo de tecnologías que nos permitan retirar el Dióxido de Carbono de la atmósfera con mayor rapidez que los procesos naturales (léase, fotosíntesis tanto por los bosques como por el fitoplancton y las algas oceánicas) y evitar que este regrese a la atmósfera.

Es conocido que se corre el riesgo que un acuerdo meramente político, sin un adecuado protocolo para verificar su cumplimiento sólo sería un saludo a la bandera y no arreglaría absolutamente nada, empeorando las cosas para todos, siendo los países emergentes los grandes perdedores y sobre todo, las naciones isleñas, que se arriesgan a desaparecer por acción del aumento del nivel del mar y por tanto exigen un acuerdo fuerte y una reducción neta de un gado y medio Celsius en la temperatura global promedio, lo cual se condice con la idea de la reducción a 350 partes por millón.

Justicia Climática y Deuda Climática

Parte del espíritu del tratado de Kyoto, como señala esta nota del Huffington Post era el reconocimiento por parte de los países contaminantes de su contribución al problema por las emisiones realizadas en décadas pasadas, noción que el negociador norteamericano parece haber olvidado, como se cita en la misma nota:

"Rechazo la noción de deuda o reparaciones o cualquier cosa similar, hay que tener en cuenta que por la mayor parte de los 200 años desde la revolución Industrial, las personas ignoraban totalmente el hecho que las emisiones causaban gases de efecto invernadero. Es un hecho relativamente reciente. En mi modo de ver, somos absolutamente conscientes de nuestro tol en las emisiones atmosféricas ahora, pero el sentido de culpa, o reparaciones, eso lo rechazo categóricamente."

Y tal parece que el reconocimiento de este tema sólo pasará por la presión que, desde la sociedad civil, puedan ejercer las personas.

Cap & trade: ¿una nueva burbuja?

Una de las posibles soluciones (que tiene como antecedente su aparente "éxito" en la reducción de gases anti-ozono sancionada por el Protocolo de Montreal) es el llamado sistema de Cap & trade, mediante el cual se propone un límite de emisiones y los gobiernos emiten permisos para contaminar que pueden ser comerciados con otras empresas menos eficientes, de este modo, se consigue el objetivo y se hace más rentable el innovar y no contaminar, pero, tal como señala Annie Leonard (si, la misma de The Story of Stuff de la cual hablé en una entrada anterior) en su vídeo The Story of Cap and trade tiene varias fallas y limitaciones (aquí el enlace del video):

Primero: No establece un precio por los permisos iniciales de modo que esencialmente se regala algo que luego asume valor de mercado, algo por nada.

Segundo: Autoriza "compensaciones" a las empresas que aumenten su eficiencia y generen ingresos por evitar contaminar, lo que no se puede comprobar con total seguridad y se expone a manipulaciones y esquemas especulativos, tales como los derivados.

Tercero: Evita poner en la mesa otras soluciones.

Estas críticas son reafirmadas, ampliadas y complementadas en el siguiente artículo de James Hansen, Director del centro Goddard de la NASA, aunque escribiendo a título personal, en el sentido siguiente:

"(…) Bajo la propuesta de ley, algunos permisos para contaminar serían reglados, y mucho del dinero actualmente recaudado de los permisos sería usado para pagar por proyectos inviables como investigación en "Carbón limpio"(…) las leyes de energía sólo asegurarían el uso continuo del carbón, haciendo implausible que las emisiones de dióxido de cárbono decline.

Si esto no es lo suficientemente malo, Wall Street está en posición de hacer billones de dólares en la parte del "trade" del tema. El mercado para permisos de comercio para emitir carbono parece probablemente muy poco regulado, abierto a las especulaciones y con la inclusión de derivados. Todos los beneficios de este sistema de comercio de contaminación sería extraída del público vía el incremento de precios de energía.

¿Se necesita aun más convencimiento? Consideremos el efecto perverso que este sistema tiene sobre las acciones altruistas. Digamos que se decide comprar un automóvil pequeño y de mucha eficiencia. Eso reduce tus emisiones, pero no las de tu páis. Por cierto, permite que alguien más compre un S.U.V. más grande –porque las emisiones totales están dadas por el sistema."

Nada más que decir al respecto, aunque sugiero, incidiendo con más ahínco en la problemática el siguiente artículo de Johann Hari en the Huffington post: Our Leaders are Staging a Scam in Copenhagen

¿Qué hacer?

En la web existen en la actualidad una considerable cantidad de campañas haciendo énfasis en la necesidad de un buen acuerdo entre las cuales podemos encontrar:


TckTckTck Financiado considerablemente por una gran cantidad de ONGs, incluyendo a CARE, OXFAM y muchas otras, como una página para informar y presionar sobre el tema, incluyendo información sobre la cobertura mediática de la cumbre. Incluso artistas peruanos han hecho un video musical para alertar sobre las consecuencias del cambio climático, el cual está líneas abajo:




350.org Sitio para promover la idea de los 350 partes por millón como un límite para prevenir el cambio climático. Se incluyen también sitios donde se puede colaborar con vigilias climáticas.



Hopenhagen Recursos para difundir socialmente una petición para el clima respecto a la cumbre, también cuenta con una página en facebook en la cual se sugieren acciones tanto a nivel social como a nivel doméstico para colaborar.

Asimismo, en el sitio web de The Story of Stuff, hay una serie de enlaces a otras causas dignas de seguir.

Y sobre todo, mantener una actitud consciente y vigilante: no desperdiciar, no ensuciar y ayudar a otros a hacer lo mismo… y ¡pasar la voz que el tiempo es ahora!

Algo mas de cobertura en los medios:
Cambio climático en Perú costará 10 mil millones de dólares hasta el 2025, en El Comercio.
Cambio climático nos dejará sin agua, entrevista a John Ashton en El comercio.

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